Lo he hecho, me he despedido del Facebook.
Me encuentro en un proceso de desintoxicación social y cotilla exagerado, pero me siento libre.
Razones por las que considero que es la mejor opción: muchas.
Entre ellas, la falta de consideración por no avisar cuando los muros o determinada información estaba a la mano de cualquier persona desconocida, atentando no sólo contra la intimidad personal, sino la integridad y seguridad.
Hay ciertos aspectos que no son discutibles, ni siquiera, considerarlos como errores.
Asimismo, podría citar varios motivos, siempre objetivos, que ya florecían en la misma red, por lo que sé, que he tomado la mejor decisión.
Así, al menos el tiempo apremiará un poco más los blog.
Escribir, siempre es necesario. Desahogarse, más.
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