22 julio 2013

Mi perfecto Blues.




Suena un Blues.

Simila que cuando suena un Blues, el sentimiento más profundo, sale a flote a coger aire a través de la melodía.
Al fin y al cabo, hacen buen equipo: infinitas emociones emparejadas a una estructura de doce compases, que manejan a la perfección la expresión de cada una de ellas.
Es relativamente sencillo, pinchar sobre un Play y que todo se expanda, que baile; porque los sentimientos bailan, unas veces sobre el suelo, otras veces sobre el aire. Unas veces son arrítmicos, otras veces milimétricamente calculados. Tropiezan, se levantan, saltan, giran... pero no dejan de bailar. Así son: artistas.

Todo mi entorno, (quizá mi destino), por ello y ahora, tiene escrito las notas de mi particular partitura de Blues. Al menos sé cómo quiero que suene: Ha de ser pegadiza, sin necesidad de escuchar nada más. Que permita subir tanto el volumen que no moleste a nadie.

Solamente me hace falta una cosa: letra para la melodía.
Empiezo a escribir. Necesito la canción perfecta. Mi perfecto Blues.