05 septiembre 2018

Cerrar los ojos.


Todo suceso onírico, comienza con insomnio.

Sí, el insomnio: ´La ciudad de la nada de nuestro alma´, donde están yuxtapuestos los sentimientos y los pensamientos, desordenados como tentempié de madrugada, que hacen rugir las tripas estando saciados, y sin saber muy bien por qué, al amanecer, encajan (no siempre), como piezas de Tetris, disolviendo la importancia tremendista y misericordiosa, que la nocturnidad causa al no poder mantener los ojos cerrados, la boca cerrada, o en ocasiones, las piernas.